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Texto y Fotografias Albert Roca. Entrevista realizada en Cafe & Tapas Carretas 14.
La actriz María Garralón es sin duda alguna una auténtica leyenda en el mundo de la televisión en España. Haber formado parte del elenco protagonista de series míticas como “Verano Azul”, “Farmacia de Guardia” o “Compañeros”, son palabras mayores. Su gran capacidad interpretativa y amor a su profesión le ha hecho llegar a diferentes generaciones. Actualmente la podemos ver en la última temporada de “Amar es para siempre”.
Es inevitable recordar su papel en “Verano Azul”
Es muy curioso porque al público se le quedó aquello de que era una pintora y se relacionaba con los chicos y tenía una gran amistad con Chanquete, pero en realidad llega a aquel pueblo como terapia. Había perdido a su marido y su hija en un accidente y necesitaba superarlo. Era un personaje con una carga tremenda.
Y allí se reúnen los personajes adultos con los más jóvenes
Pienso que los adolescentes buscan el apoyo y compañía de personas más adultas como siempre hemos hecho. Y el hecho curioso es que Verano Azul fue el inicio de lo que pasaría en otros rodajes: trabajar con gente muy joven. Siempre ha habido niños en mi vida profesional y lo considero una suerte.
Un director emblemático en su trayectoria es Antonio Mercero
Tenía un sentido del humor maravilloso, una gran sensibilidad y creaba unos ambientes extraordinarios en los rodajes. Tenía tan claro lo que quería hacer que casi a ciegas si te lo pedía lo hacías. No nos teníamos que preocupar por nada. Amaba su oficio y tristemente nos dejó pronto.
La gente la aprecia y quiere mucho
Eso es muy bonito. Fíjate que cuando voy por la calle la gente me reconoce y depende de lo que canten sé la edad que tienen, por las canciones de las series que he hecho.
Des de sus primeros trabajos hasta los actuales. ¿Cuáles son los cambios que ha notado más en los rodajes?
Los cambios los veo a nivel técnico, con las cámaras que han evolucionado, desde las gigantescas que teníamos hace muchos años a las actuales más pequeñas. Pero a nivel interpretativo no ha cambiado nada. Podrá haber más preparación pero para interpretar hay que sacar el corazón y eso ya sucedía en Lo que el viento se llevó.
¿Y de los rodajes que se lleva?
El hecho de poder rodar en sitios insólitos que nunca me hubiera imaginado ir, como recientemente en dos cortometrajes donde estuve en unas playas en Cantabria y Granada.
¿Cómo papel pendiente… malvada?
Ha habido momentos que ha aparecido algún papel donde se insinuaba alguna maldad pero al final soy buena. Que le vamos a hacer –Ríe-.
¿Cómo se siente en la serie Amar es para siempre, como la nueva ilusión del personaje de Pelayo?
Fíjate que el pobre Pelayo lleva un historial donde todos sus amores han muerto y les dije a los guionistas “dejarle una viva ni que sea la última” –Ríe-. Mi personaje vive un amor adulto que tiene la misma locura de los 15 años y dónde las mariposas se siguen sintiendo igual.
¿Cómo es el primer día en un rodaje? ¿Ha cambiado algo desde los primeros que hizo hasta los actuales?
El primer día es un suplicio horroroso. Le doy mil vueltas a todo: de si no voy a estar a la altura, se me va a olvidar la letra, mira que si me tropiezo. Es algo tremendo, pero luego voy cogiendo el aire y voy haciendo.
¿Y eso por qué?
Porque trabajas para el público y quieres hacer las cosas bien y que nada falle.
¿Si siente los nervios del primer día, la ilusión también?
Hay cosas que cambian como que ahora escojo mis trabajos, escogiendo aquellos que más me gustan. Pero en cuanto a la ilusión siento la misma ilusión o más de cuando tenía 18 años.
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