Farmacia de Guardia – Capítulos del 129 al 149

Llega el invierno y los constipados… En el café Barlovento van a cerrar pronto la terraza, y Eugenia, una señora que toca un organillo en la calle, se va a tener que ir… Chencho le cuenta a Adolfo su problema, ya que le ha cogido cariño a Eugenia, y éste, con sus “negocios”, consigue unas farolas con calefacción. Eugenia tiene algún que otro altercado Romerales, y enamora a Leocadio, el de los cupones. Para celebrar el éxito de las nuevas farolas, organizan una fiesta, y es cuando descubren su secreto: es Eugenia Caparrosso, una famosa cantante de ópera que desapareció al morir su marido y su hijo en un accidente.

En el banco de delante de la farmacia, un mimo se ha puesto a trabajar, a pesar del frío que durante horas tiene que soportar. Con las temperaturas bajas, la nieve… al final acaba enfermo, menos mal que está enfrente de la farmacia. Los chicos, con la ayuda de Adolfo, consiguen “descongelarlo” a base de wisky mezclado con leche, y acaba en la cama con una moña encima… Adolfo le quiere proponer a Lourdes el negocio del siglo: “El pastillero”, el cual programas para que suene a la hora en la que tienes que tomarte la pastilla, y gracias a Romerales, que le compra uno, Lourdes se da cuenta de que ésta vez, y sin que sirva de precedente, el negocio parece bueno…

Adolfo y Guille se encargan de revisar todos los boletos del sorteo de Navidad. Una vez, dos veces… nada, no ha tocado nada. Guille vuelve a revisarlos uno a uno él solo y si hay alguno que está mal mirado, ¡Premio! Se queda con lo que haya, así queda con Adolfo. Un boleto que no habían mirado resulta tener el premio! Pero hay que ir a buscarlo a un club de alterne… Entre tanto, Adolfo trabaja como “Papá Noël” y aunque intenta que su familia no lo descubra, al final resulta inútil. Romerales y Encarni se encargan de averiguar quien ha robado los abetos de Pablo… hasta quiere una descripción de los abetos. El coro de la policía municipal cantan una bonita canción para festejar las navidades, y a eso tenemos que sumarle todos los que cantan canciones por aquello del aguinaldo.

Pavos! Se venden pavos! Muchos son los vecinos que piden a Lourdes la receta del pavo con castañas. Éste año, la farmacia no está de guardia, así que lo celebrarán en casa, todos en familia. En “La gata con botas” van a hacer un espectáculo con un tigre llamado “Don José”. Pero… el tigre se escapa creando el pánico en el barrio. La mayor pesadilla de Romerales y María de la Encarnación ha comenzado. Nadie puede salir de sus casas, en la farmacia están todos esperando al cuidador ya que la puerta trasera está atascada, el tigre merodeando y los dos policíasi subidos a un árbol. Un fin de año en la copa de los árboles, quién lo iba a decir! Al menos, los vecinos les han bajado un trozo del pavo con castañas al ver que no han tenido tiempo de cocinar.

Se acerca el día de los Reyes y Fanny no hace más que ir a dónde el cartero real para ver si le traen su regalo. Los reyes son los únicos que lo saben… Lourdes, Adolfo, Guille y Quique intentan averiguarlo de mil formas, pero no hay manera. Así que se les ocurre la idea de “secuestrar” temporalmente al paje, para saber qué es lo que quiere: a su madre… Llaman a Romerales y a María de la Encarnación pero no se puede hacer nada con tan poco tiempo… El día de reyes amanece, y el deseo de Fanny se cumple!! Aunque, temporalmente, ya que su madre debe de irse de nuevo, aunque, con la seguridad de que Fanny está muy bien atendida.

El marido de una de las clientas habituales de la farmacia se ha liado con una veinte-añera. Veinticinco años… Y lo peor de todo, es que ha tenido mellizos!! Después de afilar las tijeras, sube a su casa y le corta el adminículo!! xD y lo tira por la ventana. Tarea que dificulta la búsqueda de Romerales y Encarni, que tienen que encontrarlo… Adolfo se ha echado una nueva novia, aunque no le ha contado mucho de él, y en la farmacia acabará de averiguar todo lo que no le gusta en un hombre… Con las tijeras recién afiladas, hará una pequeña escabechina, o, lo intentará…

Pablo, el amigo de Quique desde siempre, es homosexual. La primera reacción de Quique es dejar de quedar con él, de hablarle… incluidos sus amigos de equipo de fútbol. Adolfo apoya ésta reacción, aunque no tanto Lourdes, quién le hace ver que sigue siendo la misma persona de siempre, y que, aunque él no lo crea, alguno de sus amigos también es homosexual. Entre tanto, Chencho se hace un tatuaje en todo el cuerpo para declararle su amor a Cuin, aunque…

Romerales tiene un nuevo compañero que acaba de salir de la “academia” xD y se lo han “encasquetado” unos días para que aprenda el oficio. María de la Encarnación está de vacaciones, así que se las tiene que apañar él solito, lo que no sabe es que le ocasionará más de un problema con sus superiores y hasta con unos delincuentes… Menos mal que Encarni vuelve pronto y le va a ofrecer su ayuda con el nuevo, aunque, al final les tiene que sacar de un apurito…

La tia y las primas de Cuin acuden a la farmacia a hacerles una visita. Así que empieza el espectáculo: Adolfo tiene que hacer de ayudante, Cuin es la que tiene la farmacia y Lourdes está enferma. Guille, Fani, Chencho, Romerales y Encarni le ayudan a pasar el apuro, aunque cada vez un poco más cerca de meter la pata… La llegada de Lourdes estropea un poco el asunto, pero la rapidez de Adolfo ayuda a seguir con la función.

En el barrio hay un vampiro que hace pasar unos ratos horrorosos a María de la Encarnación, ya que a las tardes se encuentra totalmente débil después de que le haya absorbido su energía psíquica. Catalina convence a Lourdes para hacer una fiesta y con un aparato para cargarse al vampiro, conseguir eliminar el problema. La fiesta por qué se celebrará? Muy fácil, el aniversario de la separación de Lourdes y Adolfo, y así no habrá excusa para invitar a los más cercanos. Pensando que era Romerales, hacen la conga! Pero… el vampiro no es nada más y nada menos que el dueño del “Barlovento”…

Un granjero acude a ver a Adolfo por una cuestión de vida o muerte: quieren sacrificar a su vaca, “la muralla”, y como él es un abogado de gran prestigio… Entre tanto que le cuenta su problema, los vecinos aprovechan la existencia de la vaca para comprar leche fresquita, hasta Romerales y Encarni se apuntan. Con su labia, Adolfo le convence de que no van a sacrificarla, y poco después le llega otro nuevo cliente… en dos días dos clientes, sus dos únicos clientes?

Lourdes contrata a unos pintores para pintar la rebotica: “Los impolutos” los llaman, aunque todo es pura fachada, manchan, manchan y manchan todo y a todos. Resbalones y trabajo sin hacer se rematan con la llegada del responsable que los mandó. Entre todo esto, una estafadora se pasa por la farmacia y se lleva algo de dinerito y Encarni y Romerales les van a avisar, eso si, con algun que otro resbalón… Y Adolfo, con su cita y un traje impecable… ¿sobrevivirá?

Fani quiere recaudar dinero para los niños de África, pero los del barrio no le ayudan mucho: 100 pesetas, 200 pesetas… Así que opta por robar en un supermercado un quilo de lentejas, de garbanzos… María de la Encarnación y Romerales llevan a la niña a la farmacia y le cuentan lo sucedido a Lourdes… Entre tanto, Adolfo le convence a Begoña de comprar unos muñecos, pero son tan feos que lo único que hacen es quitar el hipo. Como Begoña no los quiere volver a ver, Fani, Guille y los chicos los venden a la entrada de una discoteca, y así consiguen el dinero para los niños y la fiesta de fin de curso.

Guille está cansado de tener que estar todo el día pendiente de Fanny y en un arrebato, se lo dice a Reyes, sin saber que Fanny está escuchándole… Triste, se marcha de la farmacia y nadie la encuentra. Romerales y María de la Encarnación buscan a Fanny junto con toda la familia… o casi toda, ya que Lourdes no sabe nada… Entretanto, Adolfo con sus trapicheos, tiene que atender unas llamadas telefónicas en la farmacia con la que van a ganar muchos millones de pesetas… ¿Fanny o millones?

Lourdes convence a la familia Segura masculina (Adolfo, Guille y Quique) a que se hagan cargo de las tareas domésticas: empezando por la farmacia. Reluciente, limpia, irreconocible. Fanny les ayuda en esta tarea. Visto el éxito cosechado, todas las mujeres del barrio se ponen manos a la obra con sus respectivos: ‘Convive en igualdad’ ¡¡con camisetas incluidas!!

Quique no quiere hacer la mili… y su padre no está por la labor: discusiones y más discusiones… ¿flor o fusil? ‘Si el honor y la victoria, valen más que las personas, es que no hemos aprendido nada…’ Entre tanto, a Leocadio le han colado un billete falso y va pasando de vecina en vecina del barrio. Romerales está preocupado: su voz ya no es tan “poderosa” como antes, cosa que María de la Encarnación dice que son imaginaciones suyas… unos ejercicios de canto lo ayudarán.